Cansados por los constantes ruidos de este local, los vecinos decidieron reportar el hecho ante las autoridades. Al interior, los efectivos encontraron a varias personas bebiendo cerveza, escuchando música y compartiendo como si se tratara de un día normal.
Lejos de admitir el error, varios se opusieron a la intervención por lo que tuvieron que ser enmarrocados por la fuerza. Los clientes y la encargada del local fueron trasladados a la comisaría por desacatar las órdenes en estos duros momentos que afronta el país.
Al momento de ser conducidos hacia el patrullero, uno de los sujetos opuso tenaz resistencia y forcejeó con los agentes, por lo que estos tuvieron que emplear la fuerza para reducirlo y le colocaron las marrocas.
Su acompañante, una mujer, le ofreció llamar a su mamá o a uno de sus familiares para avisarle de su situación, pero el sujeto le dijo que no era necesario porque pronto recuperaría su libertad. “Igual voy a salir”, dijo.
La joven encargada de la venta de alcohol y otros clientes de la cantina también fueron llevados a la comisaría del sector.
Fuente: Buenos Días Perú
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