Landt fue de los primeros en desarrollar un protocolo de testeo que sirvió de base para los primeros 250.000 kits de diagnóstico que distribuyó gratis la OMS a varios países.
El bioquímico siguió con atención el desarrollo del brote en China a principios de enero. Cuando se produjo el primer caso de contagio en Baviera, un mes después, le quedó claro que el virus podía viajar y provocar una situación similar a la de Wuhan, en China, en donde se había propagado sin control.
«A más tardar a mediados de febrero, cuando en Italia ya se habían registrado numerosos infectados y muertos era claro que el virus era una pandemia, y que había que contenerlo restringiendo los vuelos y poniendo a la población en cuarentena. Pero vea usted como reaccionó la gente. Siguieron sus actividades como si nada. En muchos lugares se rehusaron incluso a reconocerla como una pandemia», dice Landt en conversación con DW.
Demanda mundial de pruebas
«Nuestra prueba no es costosa. Con todo el material necesario asciende a unos 6 euros, incluyendo el costo de laboratorio no debiera costar más de 10 euros. Que la prueba se venda en algún lugar en 100 euros, significa que alguien se está embolsando los 90 euros restantes», afirma Landt, y exhorta, sobre todo en países como México, en donde una prueba oscila entre los 100 y 300 dólares, a buscar un consenso entre laboratorios, proveedores y autoridades sanitarias para establecer un tope al precio.
«Es inmoral vender una prueba de Covid-19 en 100 dólares. Están explotando la escasez y el miedo de la gente». El fundador de TIB Molbiol, no entiende que un país como México, con más de 120 millones de habitantes no se haya pertrechado de suficientes pruebas, el costo para él no es un argumento. «El gobierno mexicano podría haber solicitado a través del gobierno alemán una cotización. Es una situación de emergencia, se podría sondear una solución», indicó Landt.
Fuente: DW
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